Espero que este mail les haya llegado a tiempo. Debería llegarles a las 9:05, pero estas últimas semanas, mientras la plataforma va regularizando su funcionamiento normal, algunos mails puede que lleguen después.
En mi defensa, antes de que se me quejen diciendo que les llegó el mail más tarde y no pudieron conectarse al Zoom: puse el link en el grupo de Facebook hoy a la mañana (es decir, para cuando lean esto ya lo habré puesto). Si no están en el grupo de Facebook es una buena oportunidad para sumarse. Mismo si no se meten tanto a esa red social, para que sepan que cualquier inquietud pueden ir ahí y preguntar al resto de la comunidad carboneril.
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La novela de Santiago La Rosa comienza con un pájaro que se golpea contra un vidrio. Hace unos años, cuando Apple inauguró el edificio de su nueva sede, el Apple Park —un edificio en forma de anillo con un diseño muy moderno— enseguida circuló la noticia que tuvieron que pegar stickers en las grandes ventanales de vidrio porque las personas que trabajan ahí no paraban de llevárselos puestos.
Creo que acá hay una metáfora.
No hay que aspirar a lo impoluto, necesitamos un poco de suciedad para no chocarnos en nuestras vidas. Lo pulcro puede convertirse en un obstáculo. No se trata de limpiar la mugre de nuestra historia, sino identificarla para no llevársela puesta.
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¿Hace falta que diga que estoy hablando de la trama de La otra hija? No creo. Ya les dije que no me sale escribir muy largo.
En cualquier momento me pongo a sintetizar las lecturas en un haiku:
Abrir un libro
Oscuridad del miedo
que permite ver
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Deberíamos tener una palabra para expresar el momento en el que al terminar de leer un libro volvemos a mirar la tapa y encontramos nuevos significados. Me pasó con La otra hija. Un hombre parado sobre una carta astral, la hija por fuera como un norte que lo guía. El pasado como algo en lo que uno se apoya para encontrar una respuesta de su futuro.
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Ya que mencioné la tapa, les dejo la web de la ilustradora, Ana Galvañ, por si quieren mirar sus trabajos que son una maravilla.
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La semana que viene ya es diciembre (qué locura cómo pasa el tiempo). Vamos a estar leyendo a Stefan Zweig. Una vez más haremos esto de que en vez de elegir un único libro, puedan elegir entre tres:
Pueden leer uno, dos o los tres. Los que tengan ganas. En los mails iré hablando un poco de cada uno. Además ya saben que no es que me meto tantro con las tramas, sino con lo que hay alrededor de las lecturas.
Nos vemos el domingo en la bandeja de entrada.
Abrazo
Sebastián Lidijover